Es un espacio compartido donde la exploración del sonido sea quien lo guíe. A partir de su uso expresivo, esa exploración busca transformarlo en elemento musical.
Para ello se desarrollan actividades que involucran fundamentalmente la voz y el cuerpo, haciendo hincapié en el desarrollo de las habilidades audioperceptivas.
Nos valemos:
El juego será quien enhebra todo, muchas veces por el propio hecho de jugar, innato de la edad de los partícipes, y mucha otras es el motor que impulsa la tentación del querer saber, de probar, de aprehenderlo, de “hacerlo mío”.
Por último es importante resaltar que lo que persigue este espacio no es la formación de músicos, sino que los niños desarrollen su sensibilidad y una conciencia musical que le permita tener mayores y mejores fundamentos a la hora de seleccionar lo que escucha, y también que aporte a su crecimiento integral como individuo.